EN LA
GALERÍA UFFIZI III, algunas esculturas
Los Medici, ejercieron como mecenas del arte no solo para los artistas contemporáneos a ellos, también se convirtieron en verdaderos coleccionistas de obras artísticas de la antigüedad, que durante siglos decoraron sus palacios y villas.
Hoy muchas de ellas, se
exponen en la Galería de los Uffizi, en los corredores de la segunda planta y
en algunas salas (que se han habilitado recientemente en la planta baja).
Sobresale especialmente la sala denominada la Tribuna, creada entre 1581-83, por Bernardo Buontalenti, a instancias de Francisco I; y situada en el centro del corredor de la segunda planta. Ha sido restaurada en 2012, de planta octogonal cubierta con cúpula sobre doble tambor y linterna que ilumina la estancia.
Acoge a varias esculturas antiguas y pinturas de grandes maestros, en un ambiente de lujo y refinamiento (la bóveda está cubierta con unas seis mil conchas de nácar, procedentes del océano Índico, el tambor se cubre con más de 2500 madreperlas, el suelo decorado con mármoles de colores formando motivos geométricos, en las paredes el pan de oro, el lacado y el terciopelo, generando un espacio único y envolvente, puede considerarse el primer núcleo del museo, un verdadero templo profano del arte, en la actualidad no se puede entrar en él y solo puede ser visto desde la puerta.
La colección de esculturas
de la Galería es sensiblemente menor en número que la de pinturas, contiene
obras muy interesantes, os dejo un breve recorrido por algunas ellas.
VENUS DE MEDICI
La Venus de los Medici, fue encontrada en la primera mitad del siglo XVI en la zona de las termas de Trajano en Roma, es una de las numerosas variantes conocidas de este tipo helenístico del tipo de Afrodita púdica creada por Praxíteles en la segunda mitad. del siglo IV a.C.
Tras su descubrimiento la obra, fue
adquirida por Francesco I de Medici la compró y trasladada a Villa Medici
(Roma), en 1677 se ubicó en la Galería. Napoleón la expolio en 1802, llevándola
al Louvre (los florentinos hicieron una copia, que encargaron a Antonio Canova
(hoy esta copia está en el Museo Pitti) y en 1816, consiguieron recuperarla,
actualmente se encuentra expuesta en la Tribuna, siendo una de las joyas de los
Uffizi.
La diosa es retratada completamente desnuda y a punto de bañarse, de repente se da cuenta de que está siendo escudriñada por una mirada exterior e instintivamente cubre su desnudez con la mano. Inclinándose levemente hacia delante, dotando a la obra de cierto realismo, a pesar de su clasicismo.
La base con el epígrafe de su autor: Kleomenes, hijo de Apollodoros, (un artista heleno de
Ática) indica que la obra se realizó entre
el final del S. II AC e inicio del S. I Ac, se trata pues de una
escultura original griega, de las pocas que hay en los Uffizi, y procedente de
unos de los talleres neoáticos
helenísticos activos en ese periodo.
La escultura presenta agujeros que tiene en los lóbulos de las orejas destinados a albergar unos pendientes. También restos de la policromía de la estatua (dorado de su cabello, resto de rojo, cinabrio, en los labios, azul, lapislázuli, en la base) algo propio de las esculturas grecorromanas de policromaban el mármol.
AFRODITA DE DOIDALSAS
Realizada en mármol, en el siglo I DC, fue
inventariada en Villa
Medici 1704 y trasladada a la galería de los Uffizi entre 1780-88.
La estatua representa a la diosa en cuclillas mientras se baña, mientras se gira hacia el observador y al mismo tiempo intenta darle cuerpo al pecho y al pubis con las manos.
El
tipo iconográfico, muy celebrado en la antigüedad (podemos encontrar piezas similares
en diversos museos) se convirtió en modelo para los artistas del Renacimiento,
se conoce por numerosas réplicas y se ha identificado con la “Venus sese
lavans” (venus lavándose) citada por Plinio el Viejo y atribuida al escultor
Doidalsas.
El
modelo escultórico pudo haber sido creado a mediados del siglo III a.C., cuando
se lo encuentra representado en monedas microasiáticas, probablemente para
Nicomedes I, rey de Bitinia
VENUS BELVEDERE O VICTRIX
Realizada en mármol griego, el cuerpo es
de la primera mitad del S II d.C. y la cabeza de mitad de ese siglo.
El actual aspecto de la escultura es el resultado de una compleja serie de modificaciones y restauraciones producidas en el curso de tres siglos.
La escultura estaba expuesta en el
Belvedere del Vaticano, llegó a Florencia en el S. XVI, donde fue restaurada
por Bartolomeo Ammannati (1511-1592).
Hacia finales del S. XVII, Ercole
Ferrata (1610-1686), alumno de Bernini, reemplazó las adiciones realizadas en
el Cinquecento.
En 1794 también se retiraron las
restauraciones de Ferrata y la cabeza barroca fue sustituida por una antigua
procedente de otra estatua de Venus, llamada Aurea, que fue parcialmente
destruida en el incendio de la galera de 1762.
La iconografía original de la estatua
debió representar a la diosa en el acto de revelar su desnudez al abrir su
vestido. El tipo de estatutario de esta figura de Venus se denomina Itálica,
por el nombre de la ciudad española donde se encontró la mejor réplica.
ESTATUA DE VENUS, cd VENUS CELESTE
En este caso, estamos ante una obra que
es producto de la integración de partes procedentes de otras, realizadas en
distintos momentos y con mármoles diferentes.
Así la cabeza es de la primera mitad del S.II d.C. (época Adrianea), el torso se realizó en el S I-II d.C. y en el S. XVI se produjo la integración de estas partes en una única obra.
Respecto a los materiales, el torso y
parte inferior, brazo izquierdo son de mármol microcristalino; el brazo derecho
es de mármol mediocristalino y la cabeza de mármol macrocristalino.
Originariamente la obra está en la
colección Palmieri, de Bolonia, la
escultura fue adquirida por el Cardenal Leopoldo de Medici a mediados del S.
XVII.
En 1675, Cosme III, la colocó en la
Tribuna de los Uffizi, en ese momento era la única Venus antigua de grandes
dimensiones, la llegada de la Venus Medicea, se produjo en 1677.
La figura tenía una viva policromía
completado con pan de oro y pequeñas gemas en forma de estrella engastadas en
las cavidades que aún son visibles.
El torso, se remonta al tipo de Afrodita
Anadiomene, que representaba a la diosa desnuda en el acto de salir del agua.
sus brazos levantados para escurrir el cabello mojado
LUCHADORES
El autor de este grupo escultórico es
desconocido y pertenece al arte romano imperial del siglo I. d.C., fue hallado
en Roma en 1583.
El cardenal Fernando de Médicis adquirió el grupo y lo situó en la Villa Medici en Roma, en el siglo XVII, la escultura se trasladó a Florencia y se instaló en la Tribuna, en la Galería de los Uffizi.
Representa a dos pancracistas en plena
lucha. El pancracio era uno de los tres tipos de lucha que se practicaban en la
antigua Grecia. Los dos cuerpos entrelazados en plena acción (una obra propia
del helenismo griego, que introduce las composiciones movidas y las líneas de
fuerza abiertas), quizás creada a partir de un original en bronce procedente
quizás de la escuela de Pérgamo o bien de imitadores o seguidores de Lisipo
Los estudios sobre la escultura han demostrado que ninguna de las cabezas pertenece al grupo original. De hecho, su añadido posterior, cuadra a la perfección con la práctica habitual del arte romano de ensamblar diferentes piezas escultóricas en estado fragmentario.
LAOCONTE
Fue realizado por Baccio Bandinello
directamente en Roma, trabajando junto al original, que fue encontrado en 1506
en la Colina del Oppio (Roma) y hoy conservado en los Museos Vaticanos.
El grupo de Laoconte y sus hijos, es la obra que auna prácticamente todas las características de la escultura helenística, especialmente en lo referente a la exaltación de las pasiones, las composiciones movidas y las líneas de fuerzas abiertas, la teatralidad (en la exaltación de las pasiones). La capacidad de Bandinello para captarlas ha provocado que el Laoconte de los Uffizi sea tan reconocido y valorado como el original romano.
Terminada en 1525 bajo el papado de Clemente VII, Giulio de Medici (1523-1534), la escultura se coloca sobre el pedestal con un relieve que representa la hazaña del Papa: una esfera transparente atravesada por un rayo de sol que prende fuego a un árbol detrás de ella. acompañado del lema “Candor illaesus” (Blancura incontaminada).
El incendio que se produjo el 12 de agosto de 1762 en el tercer corredor de la Galería, dañó gravemente el grupo escultórico, rompiéndolo en numerosas partes.
El grupo fue restaurado en 2009 gracias
a las asociaciones Amici degli Uffizi y
de Friends of Uffizi Gallery Inc
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