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jueves, 6 de junio de 2024

EN LA GALERÍA DE LOS UFFIZI I, ALGUNAS OBRAS

 

EN LA GALERÍA DE LOS UFFIZI I, ALGUNAS OBRAS

Son tantas las obras que se exponen en la Galería de los Uffizi, que a uno le cuesta resaltar, seleccionar algunas. La selección que dejo a continuación, no obedece más que, a un criterio subjetivo y totalmente personal, me gustan mucho.

Las he comentado en mis clases de historia de arte de COU y Bachillerato, utilizando diapositivas (quien se acuerda, un buen amigo y compañero me regaló una colección de dispositivas de los uffizi, de esas que se compraban en las tiendas de souvenir), cuando por primera vez las vi en realidad,  me detuve, estuve unos minutos viéndolas, y casi diría en pleno éxtasis contemplativo.

Luego he visitado en varias ocasiones el museo  y he observado como las han cambiado de ubicación expositiva, y he de decir que los cambios han sido para bien.

EL NACIMIENTO DE VENUS

De Sandro Botticelli, realizado en 1484, en tempera sobre lienzo de lino y mide 278,5 cm de ancho por 172,5 cm de alto. En realidad la denominación es errónea, y procede de una interpretación del siglo XIX , en realidad cuenta la llegada de venus a la isla de Citera (o Chipre)

Sandro Botticelli, uno de los principales pintores del Quattrocento, es el pintor de la sensualidad, de la belleza idealizada, su pintura se desarrolla en escenografías arquitectónicas y paisajes irreal y ciertamente inestables. Sus personajes trasmiten sensaciones de melancolía, pesimismo, tristeza. Realizó obra de temáticas muy diversa (mitológicos, religiosos, retratos, alegóricos, su actividad se expande también a ilustraciones para libros (entre ellos la Divina Comedia y el Decamerón).


Ante un paisaje marino, representado sintéticamente, las ondas son V, Venus, desnuda, de pie, sobre una concha es empujada hacia la orilla por los vientos soplados por Céfiro y Aura, abrazados dulcemente mientras caen rosas del cielo, que es acogida por una muchacha que podrías ser una de las Tres Gracias o las Horas, con una capa de seda bordada con margaritas y otras flores.

La composición es equilibrada, aunque la figura de Venus está ligeramente desplazada hacia la derecha. Las formas ondulantes en los ropajes de Céfiro y Aura, de la diosa y sus largos cabellos que cubren su desnudez, el amplio manto y ropas de la muchacha quela acoge, marcan el sentido del movimiento, pausado y elegante.

Hay quien interpreta la presencia de concha, con un intento de armonizar mitología con religión (nacimiento de la belleza = Venus es igual que el hombre que llega a la belleza espiritual a través del bautismo).

La obra se encuentra en los Uffizi desde 1815, en que fue trasladada desde la villa de lo Medicis de Castelo (Florencia).

ALEGORÍA DE LA PRIMAVERA


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e Sandro Botticelli, realizado entre 1477–1478, al temerá grasa sobre tabla y mide 203 cm de alto por 314 cm de ancho.

Se trata de una alegoría de la primavera, inspirada en textos clásicos y renacentistas; Céfiro (el viento primaveral) persigue posee a la ninfa Clori, para luego casarse con ella y dotándole de hacer brotar flores, que agarra y se transforma en Flora (diosa latina de la primavera). En el centro Venus, embarazadas, que está en su jardín. Sobre ella Cupido.

Junto a Venus, las Tres Gracias, símbolo de la liberalidad (dar, recibir, agradecer). A la izquierda, Mercurio, heraldo de Júpiter y emblema del conocimiento.

En la actualidad, más allá de interpretarse como una representación de resurgimiento de la naturaleza en esa estación, la pintura se interpreta como una exaltación metafórica de las Artes Liberales en clave nupcial.


Sobresalen esta obra el ritmo delicado y elegante de manos y cuerpos, la composición equilibrada, la estilización de las figuras, el detallismo en ropajes, flores vegetación, las veladuras y las transparencias en los ropajes, el uso de la luz y de los reflejos luminosos.

La obra se encuentra en los Uffizi desde 1815, en que fue trasladada desde la villa de lo Medicis de Castelo (Florencia).

LA CALUMNIA DE APELES

De Sandro Botticelli, realizada entre 1495-97. Se trata de una pintura al temple sobre madera, es una alegoría, de pequeño tamaño, mide 62 x 91 cm; en cierta manera pasa desapercibida ante las grandiosas comentadas anteriormente.

Botticelli presenta a un buen número de personajes en el interior de un palacete típicamente renacentista, con una arquería en el fondo en la que apreciamos las bóvedas de casetones decorados con diversas escenas que se repiten en el friso, en las hornacinas situadas en los pilares se ubican esculturas clásicas.

En la zona de la izquierda encontramos una figura desnuda que se cubre el sexo con su larga cabellera y con la mano izquierda; se trata de la Verdad, que eleva su brazo derecho al cielo como invocando a los dioses para que reparen esa injusticia: por su postura y su desnudez recuerda al Nacimiento de Venus.

Junto a ella se sitúa una anciana oculta bajo negros ropajes; es la Compunción (la penitencia) que dirige su mirada hacia la desnuda Verdad. En el grupo principal aparecen diversos personajes: un hombre joven es la Víctima (representa a Apeles, pintor mítico de la antigüedad, que pinto esta obra para defenderse de las calumnias de sus rivales ante el rey Tolomeo Filelfo) que es conducido ante el Rey) arrastrada por el suelo, desnuda porque no tiene nada que ocultar y en actitud implorante para que se ponga fin a esta situación; la Calumnia le agarra por los cabellos, portando en su mano izquierda una antorcha en relación a la manera de extenderse la calumnia como el humo del fuego;

Dos bellas jóvenes trenzan los cabellos de la Calumnia con una blanca cinta: la Impostura y la Perfidia, inseparables compañeras de la Calumnia, que bajo su apariencia dulce y serena destrozan a la víctima. Un hombre vestido de oscuro cierra el grupo, agarrando con su mano derecha a la Calumnia; se trata del Odio, que mira al rey de manera acusadora y le señala.

En la zona de la derecha apreciamos al Rey, con orejas de burro en su elevado trono, escuchando los consejos de la Ignorancia y la Sospecha, tendiendo su mano al Odio.

Todos los personajes están ejecutados soberbiamente, destacando el carácter escultórico con que han sido tratados por Botticelli, ciñendo sus ropajes para resaltar su anatomía. La sensación de movimiento, las referencias a la Antigüedad en la arquitectura y las expresiones de las figuras hacen de esta obra una de las más atractivas del catálogo del artista, dentro de un marcado carácter renacentista

La obra se expone en la Galería de los Uffizi desde 1773, en que fue traslada desde los archivos secretos del Palacio Pitti.  

LA ANUNCIACIÓN

Leonardo de Vinci, pintó este óleo sobre tabla entre 1472-75, mide 98 cm de alto x 217 cm de ancho.

El anuncio del arcángel Gabriel a María, se ambienta en el jardín de un elegante palacio renacentista.

El ángel es una criatura concreta, su sombra se proyecta sobre el prado, provisto de alas robustas y realistas. El brazo de la Virgen parece desproporcionado, ya que la obra debería observarse desde la derecha, r s probable que proceda de la iglesia de San Bartolomeo en Monteoliveto en Florencia, estuviera colocada en un altar lateral. La sombra proyectada del ángel, sobre el suelo, es demasiado grande para ser de la hora del amanecer.


Sobresale la abundancia de flores en la hierba, los cipreses toscanos en un segundo plano y al fondo una ciudad y difuminados el mar y las montañas rocosas azuladas.

"MADONNA DEL JILGUERO"


Óleo sobre tabla, pintado por Rafael Sanzio, en 1505-06. Mide 107 centímetros de alto por 77,2 cm de ancho. Realizada para el comerciante Lorenzo Nasi.

Una de sus obras más admiradas. Representa a la Virgen, sentada con un libro en la mano y con Jesús en el regazo que acaricia el jilguero sostenido en las manos de San Juan Bautista niño, es un símbolo de la pasión de Cristo, por las plumas rojas que aluden a la sangre y al sacrificio.


Sobre un fondo de paisaje de reminiscencias Leonardescas.

Está expuesta en la galería de los Uffizi, desde 1704, tras su adquisición por los Medici en el siglo XVII.

"TONDO DONI"


Pintada hacia 1506-08, es la única obra documentada sobre tabla de Miguel Ángel Buonarroti, realizada con temple oleoso; tiene 120 cm de diámetro; encargado por el comerciante Agnolo Doni.

Esta pintura confirma la visión plástica de genial artista,

Los gestos y miradas están inspirados en la estatuaria helenística. En el centro las 3 figuras, en primer plano, casi escultóricas, tratadas con colores intensos y cálidos, preludian el cromatismo manierista.

Más allá del muro, aparecen cinco jóvenes desnudos apoyados o sentados sobre una barandilla detrás un paisaje que se difumina hacia el horizonte. delante sobresale la cabeza de San Juan.

De Miguel Ángel es también el marco, de 20cm de anchura, con 5 medallones en altorrelieve con Cristo, los Ángeles y Profetas.

La obra se relaciona con el Nacimiento y el Bautismo de Jesús.

La obra fue adquirida por los Medici en 1594 y posteriormente expuesta en la Tribuna.

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